¿El propietario de mi piso de alquiler puede echarme si vende la propiedad?
Hasta marzo de este año el arrendador podía vender su casa cuando quisiera, aún cuando estuviese alquilada. Desde entonces, con la aprobación del Real Decreto Ley, ha aumentado la protección del inquilino, que puede seguir viviendo en el inmueble hasta que termine su contrato. En este artículo te explicamos la normativa actual y sus limitaciones y peculiaridades a la hora de vender un piso de alquiler.
Aprobación del Real Decreto Ley
Hasta que entró en vigor este decreto, el inquilino de un piso de alquiler solo estaba protegido ante la venta del inmueble si el contrato de alquiler estaba inscrito en el Registro de la Propiedad, algo que suele suceder en muy pocos casos. Con la aprobación de esta normativa el pasado marzo, el propietario podrá vender la casa o piso de alquiler pero el inquilino podrá seguir viviendo con independencia de que el inmueble esté inscrito o no, bajo las mismas condiciones que pactó en el momento de la firma.
Para poder tener en cuenta esta ley es necesario que el contrato haya sido firmado con posterioridad a marzo de 2019. De no ser así, si el contrato no está inscrito en el Registro de la Propiedad el comprador podría ocupar la vivienda dando un preaviso al inquilino de tres meses para abandonar la propiedad.
Otros puntos a tener en cuenta
La nueva normativa también afecta a otras cláusulas como la recuperación de la vivienda por necesidad. En este caso el arrendador tendrá que incluir en el contrato que tiene esta intención en los cinco años durante los que se prolongue el contrato de alquiler, y deberá siempre comunicarlo con dos meses de antelación y estipulando las causas.
Además, en el supuesto caso de que el propietario saque la casa a la venta tiene la obligación de notificarlo 30 días antes al inquilino para que pueda ejercer su derecho de tanteo. Es decir, siempre tendrá preferencia para quedarse con la vivienda.
Ante los frecuentes cambios en las leyes y normativas te recomendamos realizar un contrato de alquiler muy claro y que contemple todas las situaciones y posibilidades para evitar confusiones y malentendidos con posterioridad. Lo mejor es acudir a profesionales que redacten el documento o lo revisen en caso de que lo entregue el arrendatario. Tomar todas las precauciones que estén de tu mano facilitará las cosas en caso de conflicto y te permitirá estar tranquilo en el futuro.